Las empresas se crean para generar valor en todas las unidades, pero básicamente en generar valor para los dueños. Es así como los gerentes deben comprender claramente los principales aspectos de la medición de la rentabilidad, el costo del capital, el rendimiento del activo y del patrimonio, la tasa mínima requerida de retorno y la esencia en los negocios para comprender si la empresa cumple con los resultados esperados.

Más allá de esto, debe tener una visión estratégica y generar una cultura de generación de valor que permita conocer la estructura financiera y la estructura de capital, sus costos y las estrategias de financiación; comprender las decisiones de inversión en activos productivos que generen rendimiento superior al costo de los recursos y poder identificar cuando la empresa debe hacer desinversiones; tener la capacidad de incrementar la utilidad con el manejo eficiente del proceso de ventas, el control de costos y gastos sin afectar la eficiencia y productividad, la capacidad de tener el personal idóneo y en un clima organizacional adecuado y todo esto con el fin de que cada decisión de inversión, financiación y operación apunte siempre a la generación de valor en la empresa que garantice su crecimiento y permanencia.